10 de julio de 2014

Solitaria mujer

Esta aburrida
de tanta vida,
entonces sale a caminar.
No dice nada,
tan solo mira
el absurdo juego
de ser y estar.
No quiere oír
palabras vacías,
lleva siempre consigo
una poesía.

Desconfía
de la belleza del día;
hay en las sombras
aroma a mentira,
hay en el aire
un sueño distante,
se esconde en las olas
la calma de un dios.
Quiere respuestas
a tantas preguntas,
quiere que su alma resista
los golpes de la razón.

Hay una luz que la guía,
por caminos oscuros
de magia y temor.
Hay un sol
que sobre ella brilla.
Hay un mundo ahí afuera
que la mira y la olvida.
Hay una canción
en su corazón.


Victoria Montes

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