Desde la foto enmarcada con bordes dorados el General me
mira, yo sé que me mira aunque nadie me cree. Rosa se mofa y me dice que tengo
suerte, porque en su lecho de muerte al General le cortaron las manos, dice que
si saliera del cuadro no podría hacerme daño.
Hoy le dije a Rosa que el General me guiñó un ojo. Se rió a
carcajadas de mí, entonces la maté con el cuchillo de la cocina mientras el
General se tapaba los ojos con ambas manos.
Victoria Montes